La corresponsabilidad del maestro de hoy frente a los paradigmas emergentes, para la reconfiguración del tejido social

Abstract

Expandir los sentidos, ponerse en apertura, realizar un viaje introspectivo buscando la esencia de uno mismo, lo que es, lo que piensa, siente y expresa, permite descubrir no sólo aquello que le cautiva sino también iniciar un proceso de comprensión del otro, de lo otro, de la realidad que está ahí, esperando ser reinterpretada, comprendida, develada. Una verdad subjetiva, intersubjetiva, que se construye, deconstruye, reconstruye, de acuerdo con las múltiples interpretaciones que ésta conlleva. En su búsqueda de la verdad, el sujeto pensante, descubre que puede reflexionar, analizar, criticar, sobre todo cuanto le sucede, todo cuanto ocurre a su alrededor, no sólo para comprenderlo mejor, para establecer interconexiones, para hacerse una idea de lo que vendrá, sino también para transformarlo y trascenderlo Trascender la realidad, implica involucrarse en ella, aprehenderla y hacerse su protagonista. Es así, como la obra de conocimiento parte de un interés vital por reflexionar sobre aquello que conmueve, que inquieta, que se percibe, que se siente en el ambiente, que hace parte de una realidad personal, profesional, social. Una realidad influenciada por 8 múltiples situaciones, por múltiples personajes, por múltiples posibilidades. Una realidad que exige una actitud de apertura, si se quiere asistir a la emergencia de un nuevo sujeto, de un nuevo ciudadano, de una nueva civilización planetaria, capaz de reconfigurar el destino de la humanidad. Una humanidad en permanente proceso de cambio, evolución, transformación. Que actúa como sistema integrado para complementarse, interrelacionarse, cohabitar. Es aquí donde la educación adquiere sentido y donde la formación del maestro obtiene significado por cuanto él, promotor del cambio en la sociedad, está llamado a liderar procesos de amplia envergadura que efectivamente redunde en beneficio de sus estudiantes, de su comunidad, del medio natural y social en el cual se desenvuelve. Una pregunta relevante es cómo educar y formar a los adolescentes, futuros ciudadanos y dirigentes del siglo que viene, inmersos en una transformación social y económica sin precedentes, en donde si bien los conocimientos científicos y técnicos son y serán cada vez más sofisticados, también conllevan increíbles cegueras y desorientaciones sobre las Consecuencias de estas transformaciones en la realidad humana que ellos en parte provocan y al mismo tiempo, sobre los desafíos que el actual horizonte planetario presenta. (Motta, 1999) La globalización ha implementado dentro del contexto “mercado”, lo económico, cultural, social y educativo, llevando a la escuela a reflexionar desde la perspectiva de padres, estudiantes, profesores y directivos los nuevos fenómenos virtuales tecnológicos, informáticos, científicos, didácticos, que plantean retos innovadores para la pedagogía y el currículo en la organización, planeación y reconfiguración de las prácticas pedagógicas y procesos de enseñanza y aprendizaje.